Los colores del Valle de Arán en otoño: una experiencia mágica
El otoño es símbolo de transición. De la plenitud del verano al letargo invernal. La naturaleza planta cara al frío convirtiendo la decrepitud del vigor de su flora en un espectáculo de color que abarca las más bellas tonalidades en una maravillosa paleta de colores cálidos.
Para muestra, el Valle de Arán
Desde el ocre al marrón más intenso pasando por dorados, beige y acaramelados, miremos donde miremos, este privilegiado enclave del Pirineo de Lérida nos regala tintes cromáticos que son fiel reflejo de la explosión otoñal de color.
Las temperaturas en otoño animan a pasear y a disfrutar de lugares al aire libre donde rodearnos de tonos color tierra en los que la vegetación se reconcilia con el clima ofreciéndole sus mejores galas.
El Valle de Arán es un espacio único para recorrer y donde realizar múltiples actividades. Prueba de ello son sus rutas de senderismo como las que te mostramos a continuación.
El pueblo abandonado de Montgarri
En un entorno privilegiado, al sur de la formación montañosa de Es Bandolèrs, Montgarri se alza en medio del valle a 1.645 m de altura con el río Noguera Pallaresa bañando sus pies. Y es ahí, en el nacimiento del Noguera Pallaresa y el Garona, donde encontraremos el inicio de nuestro trayecto.
Son de 6 km de ruta desde el Pla de Beret, donde tomaremos el camino de bajada paralelo a la pista forestal hasta alcanzar nuestro destino y visitar el espectacular santuario de Santa María de Montgarri, patrona de los pastores.
Cuenta la leyenda que allí fue descubierta la Virgen cuando un pastor trataba de averiguar el motivo por el que sus bueyes se arrodillaban cada día en el mismo lugar. En Montgarri disfrutaremos de naturaleza en estado puro, de una paleta cromática de colores únicos y de un merecido descanso en el refugio.
Este refugio es una borda que en la actualidad ha sido acondicionada como restaurante. Las bordas son construcciones de piedra y madera cuyo uso antiguamente era el de dar cobijo al ganado y almacenar cosechas o la comida de los animales.
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Tierra y agua en Saut Deth Pish
Si algo marida a la perfección en la sabiduría de la naturaleza es la comunión entre agua y vegetación. Y si a eso le sumamos la variedad de colores otoñales del Valle de Arán, la visión es sencillamente espectacular.
En el entorno del Valle de Varradós conviven armónicamente abetos y hayas pintando las fuertes pendientes de verde oscuro, amarillo y rojo. Entre gigantescas laderas, este valle da cobijo al impresionante salto de agua de Saut Deth Pish.
Desde Vielha, en dirección a la frontera francesa, llegaremos al Plan des Artiguetes por una pista forestal. A 100 metros encontraremos esta maravilla de la naturaleza, de 35 metros de altura y dividido en dos cascadas de 20 y 5 metros aproximadamente cuyo caudal nace en el lago Long de Liat.
Recorrer el entorno de Saut Deth Pish nos permitirá disfrutar no solo de la armonía del color y los rincones del bosque de Siesso, sino también del pequeño lago de montaña de Varradós en un enclave donde el agua es, sin duda, la protagonista.
Un balneario en las alturas
Y si de aguas se trata, qué mejor el balneario de Banhs de Tredos, al que accederemos desde el pueblo de Salardú. Esta terma está construida a 1.740 metros de altitud, siendo la edificación de estas características ubicada a mayor altura de toda Europa.
Desde allí da comienzo otra experiencia de color a través del sendero circular del Valle de Aiguamòg, en cuyos lindes se encuentran los Lagos de Colomers y el Parque Nacional de Aigüestortes.
Se trata de un recorrido en el que pinos y abetos, enebros y rododendros o arándanos y abedules nos harán compañía subiendo el cauce del río para alcanzar la pequeña cascada tras la que llegaremos al mirador, donde podremos admirar el perfil montañoso y el Gran Tuc de Colomers, de 2.933 m de altura.
Durante el paseo veremos la pérdida de clorofila de los árboles en su entrega a la estación otoñal junto con múltiples bordas autóctonas e interminables prados para acceder a la pista a la izquierda que nos conducirá al Pònt dera Montanheta y el área de picnic antes de regresar al punto de inicio.
La ruta familiar de Artiga de Lin
Si queremos que los más pequeños de la disfruten de la magia del entorno, sin duda esta una ruta ideal. Para llegar debemos seguir la carretera N-230 en dirección Francia y tomar el desvío a Es Bordes, donde las indicaciones nos llevarán por una pista de unos 7 km hasta la Artiga de Lin.
La cascada Uelhs deth Joèu es el inicio de un trayecto circular de unos 3 km. Este es uno de los rincones más impresionantes del Valle de Arán, ya que se trata de la desembocadura de las aguas del Forau d’Aigualluts, en el Valle de Benasque.
Esta sima es un sistema kárstico donde las aguas desaparecen a 4 km procedentes del glaciar del Aneto para resurgir esplendorosamente en la superficie del Valle de Arán.
A partir de ahí tomaremos el camino hacia el Plan dera Artiga disfrutando durante el trayecto del salto de agua de Pomèro y del espectacular relieve escarpado de los picos de Forcanada, Malh des Pois, Malh dera Artiga o Tuca Blanca de Pomèro.
Espacios en familia
Debido a su fácil acceso, la Bassa d’Oles es el espacio por excelencia más visitado por turistas y los propios araneses. Desde Plan Batalher o desde la población de Gausach accederemos al majestuoso bosque de Varicauba, que da cobijo al lago de la Bassa d’Oles, una pequeña joya en la que conviven truchas y ranas.
Se trata de un espacio ideal para disfrutar de la familia y los amigos, en la que podremos dar un corto paseo alrededor del propio lago, gozar de unas vistas maravillosas y admirar los colores otoñales en la frondosidad de un bosque de especial riqueza micológica.
¿Te han sorprendido los colores del Valle de Arán que te hemos presentado?
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