Rosario: viendo el Valle de Arán crecer desde los baños de Arties | Café con LUDERNA
Con la intención de mostraros todos los secretos, historias y curiosidades del Valle de Arán, desde LUDERNA presentamos la segunda entrevista de "Un café con Luderna", un espacio para descubrir a algunas de las personalidades que han visto el desarrollo y la historia de nuestro lugar del mundo favorito.
Al encuentro de Rosario
Son las 15h20 de un jueves cuando salimos en dirección a Bagergue en búsqueda de Rosario. Estamos a finales de Agosto y como es previsible hace bastante calor. Sin embargo, conforme vamos subiendo la carretera del pueblo, la brisa que entra por los hilos de las ventanillas que hemos dejado entreabiertas nos recuerda que después de todo los veranos en el Pirineo no son tan malos. Hace hasta algo de fresco cuándo aparcamos a la entrada del pueblo, y la multitud de macetas con flores rojas que caracterizan a Bagergue han sido regadas hace poco, por lo que huele a humedad y a primavera.
Hay bastante gente en la calle haciéndose fotos en cualquier esquina. Muchos no conocen el pueblo y se nota que quedan absolutamente maravillados con la cantidad de cosas que puede ofrecer.
"Hazme una foto aquí", "Mira qué casita", "¡Qué bonito! alguien ha pintado una piedra con forma de conejo" son sólo algunas de las frases que se escuchan mientras nos adentramos en dirección a casa de Rosario, en pleno centro neurálgico de Bagergue, que nos espera junto a su marido y a su hijo.
Llegamos, y después de un saludo que nos sabe a poco (cosas del mundo COVID), nos ofrecen un café que no somos capaces de negar. Tanto por las horas (justo después de la comida) y por el nombre de esta sección. Mientras Marc se marcha a prepararlo, nos quedamos con su madre.
Encima de la mesa ya están todas las fotos y recuerdos que se ha preparado para enseñarnos. Estamos maravillados con las ganas que tiene de contarnos todo lo que sabe. Casi no nos da tiempo de poner la grabadora sobre la mesa cuándo alguien hace un comentario sobre una foto llena de gente en una celebración en los baños de Arties. Antes de darnos cuenta la entrevista ya ha empezado.
Alguien - "¡Menudas juergas! Una auténtica pasada de gente"
Rosario - "Estos eran todos clientes. Es una foto de 1975. Yo nací en el 45. Mira, esta clienta era peluquera. Venía y nos peinaba a mi hermana y a mi" (coge una de las fotos y nos la muestra). "Estábamos todas peinadas fenomenal".
Entrevistador - "¿Y todos estos eran clientes?"
Rosario - "Sí, mira. y volvían mucho. No como ahora. Antes se quedaban un montón de días. Mira, esta foto de los Baños de Arties, es de antes de la guerra".
Rosario saca una foto impresionante, antiquísima y que probablemente venga de un archivo fotográfico. Por la ropa, probablemente de los años 20 del siglo pasado.
Foto de los baños de Arties, fecha desconocida, aunque parece principios del siglo XX
Entrevistador - "Cuéntanos Rosario, ¿Quién eres y qué te une al Valle de Arán?"
Rosario nos enseña su colección de fotos en su terraza de Bargergue
Entrevistador - "¿Y cuál ha sido la evolución del valle en estos años? ¿Qué ha cambiado?"
Rosario - "Yo lo he visto de todos los colores. Primero que no había nada. Me venía la nieve y estaba semanas sin tener camino. Muchas más sin luz y sin venir nadie. Entonces no estaba Baqueira. Una vez el alcalde de Arties me abrió el camino y pudieron pasar. Luego ya fue cuando vino la estación. Eso fue la suerte de todos los que vivíamos en el valle. Hay los que dicen que no, pero todos vivimos de allí -apunta con el dedo hacia la estación-.
Ahí cambió todo mucho. Empezó a venir la gente en invierno. Después de esquiar se venían a bañar o a merendar. Yo les hacía callos -se ríe- a los turistas, que es lo que eran principalmente. Venían mucho del hotel Montarto a merendar allí. Bueno, y los que se bañaban pasaban frío porque no había calefacción. Agua caliente sulfurosa y nada más. En el comedor sí, que tenía una chimenea de serrín -puntualiza-.
Y nada, venían y terminaban la semana y me decían "Hasta luego Rosario, nos vemos pronto". Y así pasaron los inviernos y fui conociendo gente. Entre otros a muchos profesores de esquí que venían mucho por allí. Eso es lo que era el valle en aquel entonces."
Entrevistador - "Vamos, erais el espacio Moet de la estación antes de que lo inauguraran"
Rosario - "Un poco sí. Hace 50 y pico años, claro. Pasaron un montón de cosas. Había un chico, vecino de la Amaya, no sé si lo conoces, que se tiró en parapente y vino a parar a mi casa. Me dejó sin luz. ¡Lo que me faltaba a mí!
Y así pasaron los años, cada vez venían más personas. Sobretodo turistas en invierno. En verano era diferente. En verano ya era gente de dinero que se quedaba mucho más. Ahora se quedan una semana o así como mucho, en ese momento por lo menos 15 o 20 días. Se quedaban ahí, comían, dormían, cenaban y disfrutaban mientras aprovechaban para ver el Valle de Arán y sus pueblos. En ése momento éramos los únicos junto con otros que ofrecíamos camas. No había nada más en Arties."
Entrevistador - "Vale, nos queda claro pues que la estación ha sido un motor económico del valle, pero ¿Cómo ha influido la Baqueira en las costumbres y usos de la gente de por aquí? ¿Han cambiado?"
Rosario - "Bueno, los que somos de aquí tenemos las mismas costumbres. Ahora tenemos que aceptar lo que viene, eso sí. En su día la gente era más familiar, más pacífica, más agradecida. Pero ahora hay de todo. Bueno, digo esto pero yo cerré el restaurante hace ya 12 años, no sé cómo marcha y si sigue siendo así, pero es mi impresión.
A mí siempre me ha gustado la gente, y siempre me he entendido bien."
Entrevistador - "Porque a usted siempre le ha gustado la cocina..."
Rosario - "Sí. La cocina y atender a la gente. Yo me iba a la cama con la ilusión y me levantaba con ilusión. Bueno, a veces estaba cansada. Los años empiezan a pesar. Pero bueno, yo siempre con mucha ilusión de que la gente estuviera contenta. Lo que más me gustaba era eso: dejar la puerta abierta y atender. Si la cierras, ya no la vuelves a abrir igual. Te lo tienes que ganar cada día.
Lo de la gente que decías antes... Bueno cuando empezó Baqueira había de todo. Me relacionaba mucho con el Español. Los franceses en dos horas ya estaban en Toulouse así que los veías pero menos. Se quedaban menos días. Había gente de todo el mundo.
Teníamos gente todo el año. Los del hotel La Creu se venían andando a los baños para merendar, y se volvían a ir otra vez andando. Me acordaré siempre. Luego se iban andando otra vez para Salardú."
Rosario, de joven, posa en sus baños termales
Entrevistador - "¿Cuál es su primer recuerdo en el Valle de Arán?"
Rosario - "Pues tengo más recuerdos de los baños que del valle como tal. El Valle yo creo que hay sitios que aún no los conozco, fíjate. Recuerdo mucho la gente que venía con algún tipo de problema: Reuma, dolores, migrañas... Se venían a hacer la semana o diez días. En algún caso hasta 21 días. Y cada año, repetían.
De hecho, había un doctor vasco, me acuerdo ahora de él, que vino con la cara infectada de afeitarse. Muchos granos. Era horroroso. Empezó a venir. Estuvo 10 días. Se mojaba la cara para abrirse los poros y se la bebía para purgarse. Y estuvo unos años viviendo. Y cada vez, mejor la cara. Total que al final se curó. Algo tendría ése agua (se ríe).
Había también una señora de Vielha que tenía ciática y no podía andar. Recuerdo que el marido la traía en coche, la cogía del brazo y la metía en la bañera. Al cabo de media hora tenían que salir porque no se puede estar más. Repitió hasta 21 días... y se curó."
Entrevistador - "¿Y algún otro recuerdo que tenga con mucho cariño?"
Rosario - "Bueno mira. Todos son buenos recuerdos la verdad. Recuerdo que venían mucho a hacer juergas. Mucha fiesta privada y muchos monitores. Era muy gracioso servirles. Te lo pasabas muy bien."
Entrevistador - "¿Cuál es su rincón favorito en el Valle de Arán?"
Rosario - "Uy, ahora en Bagergue. Estoy contentísima aquí. No me saques. Pero vamos, sin contar Arties (que nunca hay que olvidarlo) mi sitio favorito es mi casa. Mis balcones y mi terraza. Que veo todo desde aquí y no cojo el virus. (se ríe)"
Entrevistador - "¿Cómo se imagina el Valle dentro de unos años?"
Rosario - "Bueno, igual ni estoy. Espero que esté y que me acuerde. Me lo imagino muy 'saturao' la verdad. Ahora ha cambiado todo mucho, pero espero que se mantenga la autenticidad. Eso es lo más importante."